Escribir código es una habilidad accesible para todos, al igual que estudiar algoritmos y aprender programación. Sin embargo, resulta desconcertante que solo entre el 10% y el 13% de los programadores sean mujeres. Esta disparidad no puede atribuirse a una brecha real en conocimientos y habilidades. Desde mi perspectiva, refleja la persistencia de estereotipos de género que aún prevalecen en nuestra generación. Es esencial abordar y desafiar estos estereotipos para fomentar la inclusión y promover la diversidad en el campo del desarrollo web.
La mayoría hemos escuchado la frase “el pobre es pobre porque quiere” tan refutada y debatida últimamente debido a su simplificación y falta de consideración hacia las circunstancias individuales, pues bien en el campo de la programación y desarrollo web en general, existe una afirmación igual de simplista y generalizada "las mujeres no estudian programación porque no quieren y nos les interesa”.
En opinión esto refleja el impacto de los estereotipos de género, la falta de modelos a seguir, las barreras culturales y las desigualdades de acceso a oportunidades educativas y laborales. Estos factores pueden influir en la elección de carrera de las mujeres y en su participación en campos como el desarrollo web.
En el caso de estereotipos de género, desde temprana edad, a menudo se fomenta en las niñas que se interesen más por juguetes y actividades consideradas "femeninas", mientras que a los niños se les alienta más hacia juguetes y actividades relacionadas con la tecnología y la lógica. Estos estereotipos de género pueden influir en la elección de carreras y en el grado de confianza que las mujeres tienen para ingresar a campos dominados por hombres.
Abordando el tema del grado de confianza existe la percepción errónea de que las habilidades técnicas son más adecuadas para los hombres, lo que puede llevar a que las mujeres se sientan menos seguras o interesadas en buscar carreras en el desarrollo web. Además, históricamente ha habido menos acceso y oportunidades de educación y capacitación en tecnología para las mujeres.
Durante mi reciente experiencia en Talent Land 2023, noté que en muchas ocasiones las jóvenes no participaban en debates o conversaciones cuando se trataban temas de programación. Esto se debe, en parte, a un sesgo ideológico que considera la programación como antisocial o "ñoña", por así decirlo. Además, los hombres no suelen abrirse a corregir estas ideas. Esta falta de participación contribuye a la ausencia de referentes femeninos exitosos en roles de programación, lo que refuerza la percepción de que el desarrollo web es exclusivo para hombres. Como resultado, las mujeres pueden carecer de inspiración y motivación para seguir una carrera en este campo.
Estos desequilibrios de género y la falta de diversidad en la industria tecnológica han llevado a una situación preocupante en la que el acoso sexual es un problema significativo. La dominación histórica y actual de hombres en el campo ha creado un entorno propicio para el acoso, ya que las personas en posiciones de poder pueden abusar de su posición de manera impune. Las estadísticas sobre acoso sexual en el entorno laboral de la tecnología son impactantes y reflejan la magnitud del problema. Según datos de Ironhack, el 60% de las mujeres con diez o más años de experiencia en el campo de la tecnología han reportado avances sexuales no deseados, mientras que el 50% de las mujeres con más experiencia en el campo han experimentado o presenciado agresión sexual en los últimos cinco años.
En definitiva, es crucial que trabajemos de forma activa y colaborativa para derribar las barreras que limitan su participación plena. Al unir nuestras fuerzas, podemos forjar un futuro en el que tanto hombres como mujeres tengan igualdad de oportunidades y puedan contribuir de manera significativa al progreso tecnológico.